jueves, 17 de septiembre de 2015

COLECCIONISTA DE VINILOS




























POR: José Díaz

“Soy melómano. Todo lo pienso de acuerdo al ritmo, melodía. Amante de la buena música, audiófilo”. Ese es Daniel Padilla Gassols, un ingeniero de sonido, profesor universitario y coleccionista de vinilos.


Daniel nos invita a una de las habitaciones de su casa, diseñada exclusivamente para albergar toda su colección de vinilos.


Para Daniel, el grupo más influyente de la música son los cuatro grandes de Liverpool, The Beatles, es por eso que dentro de su colección esta banda ocupa un lugar muy importante. Es así que cuando Paul McCartney llegó a Sudamérica, no desaprovechó la oportunidad de ir a verlo.


“Yo tengo un amigo empresario que fue el que lo trajo al Perú, pero él me dijo: no, no viene. Son 4 millones de dólares, no, no podemos. Entonces con unos amigos nos fuimos a Buenos Aires a verlo al estadio de River Plate y sinceramente fue la experiencia más emocionante de mi vida”. “Cuando regreso  Perú y mi amigo me dice: A que no sabes, traigo a Paul McCartney.


Daniel continúa su relato, reflejando claramente su gran admiración por esta banda británica. “Esta banda ha cambiado y seguirá cambiando el mundo. Tendría que empezar otra vez la humanidad para que vuelva a ocurrir nuevamente un fenómeno como The Beatles”.


Sin razón aparente, en el mundo de los coleccionistas siempre ha predominado la presencia masculina. Daniel Padilla reflexiona y comparte con nosotros su punto de vista. “Alguien alguna vez dijo que nosotros los hombres en nuestra incapacidad de poder crear vida y criarla, nos vemos en la obligación de cazar, recolectar, buscar. Esto viene desde las cavernas. Hay algo en nosotros los hombres que nos hace querer tener, poseer, conquistar la colección de muchas cosas. Si un amigo te dice que tiene algo que te llama la atención, tú también lo quieres tener, lo deseas.


Ser coleccionista no sólo implica buscar y comprar todos los discos posibles, sino procurar darles un correcto cuidado para que la música perdure en el tiempo. Esto es algo que Daniel tiene muy presente. El problema existente con el vinilo es el ruido llamado popularmente entre los coleccionistas como “scratch” o “canchita”, que se desata cuando el disco choca con la aguja del tornamesa.


El CD anulo eso. El CD es más limpio. Por eso el vinilo no debe tener tierra, ni polvo para que no haya “scratch”. Para eso existe una lavadora de vinilos.” Efectivamente, Daniel nos muestra la diferencia entre un vinilo sin lavar y el sonido de un vinilo limpio, puro.



La vida de una coleccionista de vinilos tiene la armonía de una melodía bien ejecutada. Se enriquece con cada disco que agrega a su colección y es algo que sólo comparten los que tienen la pasión por desnudar una canción usando nada más que la aguja de un tocadiscos. Hay que recordar que la obsesión no es nada más que pasión vista por ojos ajenos.

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