Por: Walter Saavedra
Hablar de futbol en el Perú, es recordar
aquellos tiempos indescriptibles, en los que se veía a menudo a nuestra
selección participar en los mundiales, logrando hazañas con un grupo de
futbolistas de toque fino. Sí, de ese toque fino que nunca se pierde. Peloteros
que salieron de barrio, que jugaban porque era su gran pasión, transmitían
armonía al tocar el balón y siempre nos llenaban de alegría con sus triunfos.
Solo con nombrar a figuras como “El poeta
de la zurda” Cesar cueto, “El diamante” Julio Cesar Uribe y el gran Teófilo
Cubillas, sabemos que fueron una camada de futbolistas exitosos, debido a la
dedicación y disciplina que mantenían dentro y fuera de una cancha de futbol. Sin
embargo, el futbolista peruano de los últimos 10 años, ha perdido esa esencia,
esa disciplina que distingue a un deportista profesional del resto de
jugadores.
En la última década, los jóvenes
futbolistas que empiezan su carrera, se ven envueltos en medio de una crisis mediática
a raíz de sus buenas actuaciones. Claro está que en esta situación, los medios
de comunicación influyen demasiado en la formación profesional de las llamadas
“promesas” de nuestro futbol, pues en reiteradas ocasiones, por solo algunos
buenos partidos creen que son los elegidos a ponerse la camiseta de nuestra
selección y clasificarnos a un mundial.
Casos como el de Reimond Manco, Hernán
Hinostroza y Jean Deza son solo algunos de los ejemplos de un grupo de
futbolistas que por alguna extraña razón, perdieron la cabeza muy rápido y de
la misma manera, la oportunidad de dejar de ser solo una promesa, sino algo
mejor, una realidad. Retrocediendo un poco más, quien no recuerda a Kukín
Flores y el popular “Machito” Gomez, quienes por razones extra futbolísticas, y
en ambos casos por problemas con las autoridades peruanas, opacaron su talento
y los apartaron de los campos de futbol.
La popularidad que ganan a temprana edad,
provoca, en la mayoría de sus casos, que empiecen a llevar una vida desordena,
llena de lujos, mujeres, noches de fiestas (borracheras) y en el peor de las
situaciones, el consumo de drogas.
OPINIÓN DE ESPECIALISTAS
Distintos especialistas en el tema, brindan
su punto de vista desde diferentes perspectivas. Psicólogos, periodistas
deportivos, sociólogos e incluso, futbolistas peruanos que militan en el
exterior analizan la realidad en la que está inmersa nuestro fútbol, aclarando
el panorama de lo que realmente sucede.
En una pequeña entrevista a Fernando
Egúsquiza, reconocido periodista deportivo, conversamos acerca de la profesionalidad
de nuestros deportistas. “Nuestros futbolistas son el fiel reflejo de nuestra
sociedad. No sé si los futbolistas son los únicos profesionales que se emborrachan,
lo triste es que ellos lo hacen público. Afuera los que se emborrachan ganan y
aquí los que se emborrachan pierden”, afirmó.
“Lo
que pasó con Manco forma parte de un problema estructural familiar, pues él
consiguió una clasificación a un mundial, con tan solo 17 años y en medio de
eso, se encuentra con un grupo de medios poco acostumbrados a lo que es una
clasificación a un mundial y terminaron confundiéndose tanto el futbolista como
los periodistas”.
El mencionado periodista
siente que existe un desequilibrio en los equipos de futbol y es una de las
principales razones por las cuales la mayoría de clubes en nuestro país, se
apresura en promover a los mejores de sus canteras juveniles, sin saber que
deben respetar un proceso, para que no suceda lo que ya todos conocemos con las
nuevas generaciones.
En el fútbol no existen
diferencias, los jóvenes futbolistas deben ser tan responsables como aquellos
que ya tienen una larga trayectoria, la madurez se va adquiriendo con e pasar
del tiempo, sin embargo, esto no justifica que actúen sin que les importe las
consecuencias que podrían tener sus actos en el futuro.
Debemos entender que un
jugador de 22 años ya no es tan joven. James Rodríguez tiene dicha edad y ha
caminado con su selección liderándola en el último mundial sin ningún problema.
En nuestro país es un tema muy complejo, existe una necesidad de resultados y
al no encontrar respuestas, lo que buscamos es tratar de ilusionarnos.
Ésta problemática que hoy
aqueja a nuestros deportistas, va más allá de un tema personal, pero no deja de
ser la responsabilidad de cada uno el adquirir una disciplina de trabajo, ser
profesionales en lo que hacen y mantener una trayectoria profesional impecable.
Es importante recalcar que somos el reflejo de nuestro entorno, por
ende, el día que seamos mejor sociedad, tendremos mejores personas y mucho
mejores deportistas.
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