Por: Adriana Eguiluz
El 10% de la población adulta mayor padece el llamado mal
de Alzheimer, una enfermedad neurodegenerativa (pérdida de neuronas) que se
manifiesta con trastornos conductuales y de pensamiento.
Cuando una persona padece de Alzheimer, experimenta
cambios microscópicos en el tejido de ciertas partes de su cerebro y una
pérdida, progresiva, pero constante, de una sustancia química, vital para el
funcionamiento cerebral, llamada acetilcolina. Esta sustancia permite que las
células nerviosas se comuniquen entre ellas y está implicada en actividades
mentales vinculadas al aprendizaje, memoria y pensamiento.
El caso de Carmen
No habría pasado ni una semana desde que en la casa de
los Vega se había festejado el cumpleaños número 50 de Carmen, una esposa,
madre, tía, abuela, mujer, que no sabía que ese sería el último onomástico que
ella lo viviría a plenitud. Carmen ya había tenido algunos olvidos ligeros,
comunes, que a todos nos ha pasado en algún momento, pero sus lagunas mentales
cada vez se hacían más severas, en el trabajo no rendía igual, en casa olvidaba
muchas cosas y se volvía cada vez más torpe, desesperada por saber que era lo
que estaba pasando con ella, decide asistir al seguro de salud. Tras realizarle
varios exámenes y esperar resultados, lamentablemente le diagnosticaron la
enfermedad de Alzheimer, este alemán que literal, te hace perder hasta la
noción del tiempo. Sin dudarlo, Carmen cayó, no quería preocupar a su familia,
pues ella sabía que esta enfermedad era degenerativa y que en algún momento se
convertiría en una carga para ellos. Asistiendo a todas sus terapias semanales,
Carmen sentía que no avanzaba, al contrario que todo se detenía, fue así que
decide contarle a su esposo lo que estaba atravesando, éste con lágrimas en los
ojos y la voz entre cortada, solo atinó a abrazarla y decirle que todo iba
estar bien, que no se preocupe. Han pasado ya varios años y aunque hoy Carmen
no recuerde la promesa que le hizo su esposo, éste la sigue cuidando y diciendo
que todo va estar bien, aun cuando ella lo ve como un extraño.
“Ella no
sabía qué papel yo tenía en su vida, pero sabía que era importante para ella”
expresó el esposo de Carmen, un día después que ella olvidará abrir los ojos
como todas las mañanas
El Alzheimer es considera una de las enfermedades más
tristes, ya que afecta directamente a la vida humana, a lo intelectual, a lo
que nos hace como personas, está atacando cada vez más sin poder detenerlo, no
existe una cura para esta enfermedad, no sabemos cómo detenerla, no podemos aún
detenerla, pero si podemos prevenirla con algunos ejercicios de memoria que
muchos doctores y clínicas especializadas recomiendan en especial a personas ya
mayores de 40 años, pues ellos son los más propensos y cercanos a desarrollar
pronto esta terrible y penosa enfermedad.
¿Dónde está
el control remoto del televisor? ¿Dónde están mis llaves? ¿Han visto mi
monedero?... Son algunas de las preguntas más frecuentes que empezamos a escuchar, en realidad
pensaríamos que a cualquiera se le puede olvidar donde puso el monedero, las
llaves o el control del televisor, pero que pasa cuando esto se vuelve el pan
de cada día y ya no son las llave, ni el control, ni el monedero lo que te
olvidaste, que pasa cuando tu vida se convierte en un hueco de olvidos lento,
donde poco a poco te vas olvidando, quienes son los tuyos, quienes son los que
están a tu alrededor, quien es el ese señor que viene todos los días a dejarte
el pan, quien es ese hombrecito vestido de uniforme escolar, quien es el
compañero de tu vida y porque ese señor te está cogiendo la mano o porque esa
señorita te dice mamá y porque más de tres niños gritan tu nombre y susurran
abuela…¿Qué pasa cuando el olvido invade tus recuerdos, cuando invade tu vida?
Muchas
personas adultas ya conviven con esta enfermedad, muchísimos años, cada año más
severo y cruel, cada vez los olvidos son más profundos, más fuertes, cada vez
el cerebro se va debilitando y dándole fuerza a ese Alemán que les va
absorbiendo los recuerdos de todo tipo poco a poco. Te imaginas olvidarte de tu
nombre, de dónde vienes, quienes son tus hijos, tus nietos, amigos, familiares
en general, suena muy triste tener que arrancarte todos esos recuerdos sin que tú
quieras, de forma involuntaria, que pasa si un día olvidaste como orinar, o si
olvidaste como comer, como caminar, como hablar, como jugar, como reír, como
llorar, como estornudar, como cerrar los ojos, como levantar las manos, como
arrodillarte… No importa si olvidaste como llegar a tu pastelería favorita, es
más, ni siquiera te podrás acordar cual era tu pastelería favorita o más
simple, ni siquiera te acordarás que es una pastelería, no importa si te
olvidaste como regresar del súper a tu casa, no importa si te olvidaste como se
llamaba ese perrito que por años te acompañó, no importa…
Pero qué pasa
cuando te olvidas de todo, incluso hasta de respirar…
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