“Para un
clown bolaroja, el mundo entero es un escenario listo para ser invadido por el
color y la emoción”
POR: Luis Herrera
Un haz de luz se ilumina en los corazones de
los niños hospitalizados cuando ven entrar a un grupo de personas, vestidos con
una bata blanca como doctores, con la diferencia de usar ropa colorida, zapatos
largos y una bola roja que cubre su nariz. Desde ese momento, los pequeños
sonríen porque ya conocen a quienes los visitan para retornarles la alegría, en
un mundo lleno de complicaciones. Ellos son los clowns, en este reportaje, los
doctores bolaroja.
PERO,
¿QUÉ ES UN CLOWN?
Hay que desmitificar la idea de que un clown
es un personaje, su esencia está en ser
real, es decir, los clowns no actúan ni se muestran de una manera distinta a lo
que son por dentro. Al momento de ingresar a una escuela de clowns, muy aparte
de la indumentaria característica, lo primero que aprendes es a encontrarte a
ti mismo y ubicar tu verdadero clown.
Desde este punto podemos inferir que hay
distintos tipos de clown para toda persona. Así nacen los clowns hospitalarios,
luego de seguir años de estudio para perfeccionar el carisma, la ternura, la
pasión por ser un clown y el respeto hacia los pacientes y su enfermedad.
“El
doctor bolaroja trabaja en lo sano a nivel emocional. Si tiene una enfermedad
que solo le permite usar el brazo, jugamos con esa extremidad y logramos
sacarle una sonrisa. Lo que buscamos darle al paciente es la escucha, que muy
pocas veces obtiene de los demás”, comentó Fiorella
Gambini, clown bolaroja.
DOCTORES VOLUNTARIOS
Aunque el clown se caracteriza por utilizar su
arte para generar un cambio social y personal mediante la risa, no cualquier
persona puede convertirse en un clown hospitalario. Al contactarnos con la
Asociación Bolaroja, descubrimos que su trabajo es más delicado porque no solo
es hacer reír, significa entrar a un estado donde genere empatía con el
paciente.
A pesar que esto signifique un constante
aprendizaje y tiempo, la labor de los doctores bolaroja es completamente voluntaria
y esto no es impedimento para que todos los martes y sábados, un grupo de
clowns visite el Hospital del Niño y el Hospital Nacional Arzobispo Loayza,
respectivamente.
“Cada semana veo cómo los payasos vienen a
apoyarnos con las visitas al área de pediatría.
Es gracioso cómo con su vestimenta tan extravagante divierten a los
niños y los hacen olvidar de todo. Normalmente, nosotros no conseguimos eso. Me
gusta su labor”, refirió Carlos Delgado, médico pediátrico en el Hospital
Nacional Arzobispo Loayza.
Cada visita es diferente y todos los días
aprenden algo nuevo. Los doctores bolaroja suelen asistir con instrumentos
musicales ambientados con medias y demás para ofrecer un espectáculo a los
pequeños que visitan. Su labor es imprescindible porque logra cambiar la
actitud de un niño que está triste y puedes sacarle una sonrisa como si no
tuviera ninguna enfermedad.
CLOWNS TODOTERRENO
Ya hemos mencionado que no solo existen clowns
hospitalarios. Dentro del mundo clown, podemos rescatar su visita a cárceles,
playas, comunidades alejadas y lugares de desastre.
Uno de los proyectos sociales de Bolaroja se
denomina “Proyecto Belén”, en el que un grupo de clowns asiste a una zona que
no cuenta con los recursos básicos para vivir, donde los niños cada día pierden
la esperanza de superarse por la situación que atraviesan. Inmerso en su mundo
gris, aparece el “Festival Belén” para devolverles la alegría.
Este proyecto se inició en el 2005 en la zona
más empobrecida de Belén, Iquitos, al conocer por primera vez a los niños que
al inicio titubearon ante su presencia. Sin embargo, la acogida fue bien
recibida y los clowns decidieron regresar año tras año, para pintar casas y
organizaciones mientras se divierten con los pequeños.
“COMPAÑEROS
CLOWNS”
Cada una de estas acciones es bien recibida
por los ciudadanos, entre jóvenes y adultos, lo que aumenta la cantidad de voluntarios
con el pasar del tiempo. Bolaroja es una de las asociaciones que se encarga de formar
estos portadores de alegría, quienes se expresan mediante gestos y palabras
para causar empatía siendo sinceros sin actuar.
“Estoy convencido que ser clown me ayuda a
crecer como persona porque puedo hacer feliz a los demás. Nuestro trabajo nos
hace recuperar la humanidad que muchos creen perdida porque cada cosa que
hacemos, los demás la recuerdan. Muchas veces me he cruzado con personas y me
saludan con una gran sonrisa”, señaló mi amigo clown, Víctor Céspedes.
“Lo importante es hacer reír con lo que eres,
no con lo que haces. No tienes que enfocarte en ser gracioso porque ese no es
el sentido. Si intentas ser divertido, probablemente no lo consigas. Sé tú
mismo y regala alegría a todos los que puedas siempre”, finalizó.
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