jueves, 19 de noviembre de 2015

LA CONCENTRACIÓN DE MEDIOS VIVE SU PRIMERA CONSECUENCIA NOTORIA

Por: Arturo Germán




Cuando el Grupo El Comercio se hizo de casi el 80 por ciento del mercado editorial peruano, se instalaron muchos temores en la sociedad. En primer lugar, por lo que la concentración de medios genera en sí misma. Por lo peligroso que es que exista una sola gran voz. Por lo que podía advertirse -que se desprendía de la naturaleza de una operación así: Que el pez grande se coma al pez chiquito

Inmediatamente saltaron voces del grupo mediático concentrador diciendo que no se interferiría en la línea editorial del grupo comprado, que se centrarían en los temas de comercialización, que no se iba a afectar el funcionamiento, entre otras cosas. Lo bueno de todo eso es que se instaló un buen debate en Lima, sobre concentración, pluralidad, peligros para la libertad de expresión, monopolios y duopolios. Debates, foros hasta el  mismo poder Legislativo, etc.

Han pasado más de dos años  desde la operación,  que se produjo el 21 de agosto del 2013, y es ahora que se empiezan a sentir con fuerza los efectos de la concentración. Por lo menos en un campo muy sensible, que es el laboral.


Situación en la planta de impresión del Grupo Epensa


Especialmente el último año ha sido duro para los periodistas de las ediciones regionales del grupo comprado Epensa. Primero, movidas administrativas les cambiaron la razón social de la empresa. Vinieron liquidaciones y contrataciones como "nuevos" de buena parte del mismo equipo. Las aguas en el debate de la concentración se calmaban, estaban casi quietas y la mano concentradora actuaba con más fuerza: Se cerraban ediciones regionales de Correo (En, Moquegua y Cusco fueron desactivadas) porque al parecer constituían una carga financiera para los nuevos propietarios.La pasaban mal los periodistas pero también los trabajadores del sector gráfico: se cerraron las plantas de impresión de Piura, Huancayo y Trujillo.

Ricardo Reyna Tafur, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de Empresa Periodística Nacional (ex Epensa)  contó el drama que viven los trabajadores de la planta de impresión de los diarios Ojo, Correo y Bocón en Lima. Hace un tiempo el grupo grande decidió llevarse la impresión de estos tres a la planta de El Comercio. Los trabajadores ven ante sus ojos como desmantelan la planta, mandan de vacaciones al 80 por ciento de los trabajadores y les asalta el miedo de lo que caerá de maduro: el cierre de la planta. Y es que los diarios ahora se imprimen en la del concentrador pero a ellos nadie les ha dicho que van hacer reubicados.



Se tiene ahora a un grupo de trabajadores luchando contra el poder del concentrador en defensa de sus puestos de trabajo.

La historia es un poco larga. Pero es la historia de varios periodistas que sienten que tienen una voz baja ante la potente voz del concentrador. Lo intuíamos, la concentración en ningún terreno de la vida es buena.Los ánimos no son mejores en las ediciones regionales del grupo comprado. Ahora todo, o casi todo se maneja desde Lima. Hay incertidumbre sobre lo que pueda pasar. Muchos ahora tocaran  acompañar a Ricardo Reyna Tafur y a todos los trabajadores de una manera efectiva y  que es poniendo en agenda de nuevo el tema de la concentración. 

Hoy se está  viendo su primera consecuencia tangible. Se necesitan que muchos de los colegas periodistas trabajen tranquilos sin esos temblores internos que produce la incertidumbre de saber si seguirás o no trabajando. Se demandará garantizar el derecho al trabajo con la misma intensidad con la que se exige garantías para la pluralidad informativa.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario