Por: Arturo Germán
El
año pasado 113 periodistas fueron atacados, sufriendo diversas agresiones
según La Oficina de Derechos Humanos del
Periodista (OFIP) de la Asociación Nacional de Periodistas del Perú (ANP)
La
entidad reportó dos asesinatos, una tentativa de homicidio, 61 casos de
agresiones físicas y verbales, 26 amenazas y hostigamientos, ocho trabas al
ejercicio periodístico, siete presiones jurídicas, tres trabas a la circulación
de la información, dos secuestros, dos robos y una presión administrativa.
Casos
de corrupción
Las
regiones que acumulan mayor número de agresiones a periodistas son las que han
registrado mayores denuncias de corrupción. En Tumbes, por ejemplo los
periodistas han sido víctimas de agresiones físicas, verbales y persecución.
En
Ayacucho tras la relección del presidente regional recurrió de manera reiterada
a las querellas para silenciar a la prensa crítica. De manera puntual el equipo
periodístico de radio Estación Wari y el diario La Calle fueron el blanco de
sus descalificaciones verbales y persecución judicial.
Uno
de los casos más dramáticos fue el ataque contra el periodista Rudy Huallpa
Cayo, quien perdió la visión del ojo izquierdo a consecuencia de un proyectil
que le lanzara el efectivo policial Eliu Martín Fuentes Ramos, cuando cubría
una movilización ciudadana de Ayaviri en el frontis del Gobierno Regional de
Puno. Para Inspectoría de la Policía Nacional dicha agresión fue calificada de
leve y mereció sólo unos días de suspensión.
Los
asesinatos del periodista Donny Buchelli Cueva, conductor del programa ‘Más
Noticias’, por Más Radio, en la provincia de Pacasmayo, victimado en su
domicilio el 8 de julio; y del estudiante de periodismo Fernando Raymondi Uribe,
practicante de la revista Caretas, muerto en la provincia de Cañete, el 9 de
noviembre, continúan impunes. En ambos casos la policía descartó en tiempo
récord el móvil profesional como causa del crimen. Hasta hoy nada se sabe del
porqué de los crímenes.
No
es el primer caso en que los trabajadores de los medios se vuelven blanco de
agresión física y ataques verbales a consecuencia de las líneas editoriales
asumidas por los medios para los que laboran
Casos
emblemáticos en los últimos años
El
gremio de la prensa se congrego recientemente en un acto público con el objeto de reclamar
una recta administración de justicia en casos emblemáticos como el asesinato de
Hugo Bustíos Saavedra y desapariciones como las de Jaime Ayala Sulca y Pedro
Yauri Bustamante, cuyos autores intelectuales y autores materiales no han
recibido la ejemplar sanción penal que les corresponde, a pesar del tiempo
transcurrido.
Hugo
Bustíos, corresponsal de la Revista Caretas, fue victimado con extrema crueldad
por una patrulla militar el 24 de noviembre de 1988, en circunstancias que,
acompañado del fotógrafo Eduardo Rojas, se dirigía a cubrir información en
Erapata, Huanta, sobre un acto terrorista. El caso se ventila en los tribunales
de justicia en medio de hechos que llaman la atención, debido a que los
testigos que acusaron inicialmente al general en retiro Daniel Urresti, como
uno de los responsables del crimen, ahora se están retractando en forma
sorpresiva.
Jaime
Ayala, corresponsal del Diario La República, fue secuestrado y desaparecido el
2 de agosto de 1984. A temprana hora se había apersonado al Cuartel Militar,
con sede en Huanta, para demandar la devolución de su material de trabajo
periodístico, requisado por personal castrense, que ingresó a su domicilio en
forma violenta. La respuesta fue detenerlo y desaparecerlo físicamente. Quien
dio la orden está libre.
Pedro
Yauri Bustamante, trabajaba en Radio Universal de Huacho. En horas de la noche
del 24 de junio de 1992, elementos encapuchados y que después se descubrió que
eran miembros del tenebroso Grupo Colina, ingresaron a viva fuerza a su
domicilio, lo secuestraron y hasta donde se sabe lo llevaron a una playa del
litoral huachano, donde lo torturaron y le quitaron la vida.
Al
igual que lo ocurrido con los mártires de Uchuraccay, también hay muchos otros
casos que demandan justicia. Luis Morales Ortega, Cirilo Oré, Tito Pilco Mori,
Adolfo Isuiza, Juvenal Farfán, cuya labor periodística permitía tener
información sobre las atrocidades del terrorismo senderista y los excesos de
las fuerzas represivas, son algunos de ellos. Los autores materiales e
intelectuales no han sido llevados a los tribunales de justicia.
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