lunes, 30 de noviembre de 2015

SIN VIOLENCIA SI HAY FUTBOL Marcos Cabrera

Las nuevas promociones de barras en el Perú van dejando de lado las piedras y Pistolas para darle un nuevo impulso a la gestión de grupos organizados por la paz.

Cristian Torres de 25 años de edad estuvo en el penal de Lurigancho detenido por robo a mano armada, tenencia de drogas, portar armas y violencia en las calles,  sin embargo su vida dio un giro tras pasar 3 años en un penal.

“La verdad es que mi viejita es la que  me saco de esto de las barras, yo sabía que estaba mal pero el amor a mi camiseta es algo que no se puede comparar, yo no quiero volver hacer el mismo Cristian de antes, yo quiero ser un líder que reclute jóvenes y que no les pase lo que me paso a mí y sobre todo que no hagan sufrir a sus viejitas”

Cristian junto a su ídolo Roverano


Cristian comenta que empezó a los 14 años yendo a la barra popular de Alianza Lima “Comando Sur” donde hizo amigos gritando los goles de Waldir, esos  gritos exacerbados hacían que esa gente sea parte de su entorno y su diario caminar.

“Familia es la de mi barrio, allá en el estadio todos son como cualquier otro lugar solo que tenemos una sola visión y es que nuestro equipó este siempre motivado y sienta la presencia de nuestros gritos”

-¿Cuál ha sido tu peor experiencia en estos temas de pandillaje?

Un día estaba rutiando por mi barrio y vi que un pata había robado a una chibola hasta jalonearla al piso, yo mire y dije ya perdió la flaca, cuando iba avanzando poco a poco me di cuenta que la joven se me hacía conocida, era mi hermana, no aguante y me fui corriendo donde el maldito, me di un par de vueltas por el barrio, cogí una botella la revente y me fui con el pico donde el pata, lo agarre en el suelo le puse el pico y le metí una metralleta de cachetadas y le hundí la punta del pico en el cuello, pero solo la puntita, refiere, tenía que entender que en el barrio no se roba.

José Huamán  tiene 31 años, una hija y pertenece al Comando Sur, trabaja en el banco de Crédito y me pide que no pongamos una foto cuando esta gordo sino cuando estaba delgado.
Jose al medio de su grupo Vietnan


“No porque uno sea de barra tiene que ser un delincuente, ahora cualquier sano con pistola es bravo, el bravo es el que estudia, trabaja, tiene sus hijos los mantiene y puede darse el gusto de ir al estadio”, comenta.

-¿Qué es lo que proponen con esta iniciativa?

Tenemos que hacer una nueva generación de  jóvenes hinchas, la violencia ya paso de moda y esto sucede porque la violencia está en todos lados desde una iglesia hasta en un restaurant, lamentablemente el gobierno no hace nada por mejorar la vida de muchos jóvenes que si quieren trabajar y hacer el bien por eso que junto a Cristian queremos reformar las barras.
-       
          -   ¿Tienes alguna carrera?

Claro, estudie negocios en la PUCP y te puedo asegurar que se malogra el que quiere (risas)

-¿Crees que pueden cambiar aquellos que ya están introducidos en la droga?

Hermano todo se puede, lo único que falta en las barras es amor no solo por las camisetas sino por uno mismo.

Tras una larga conversación Cristian y José entran  a la oficina del comisario de San Miguel para  preparar los últimos detalles del conversatorio por la no violencia que se realizara el día 2 de diciembre en la casa de la cultura de San Miguel. 




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